La batalla silenciosa: Tuberculosis resistente crece en el Perú

Publicado el 11 de Enero en el Blog de Conamusa


En el Perú 30,000 personas de toda condición social padecen tuberculosis. La mayoría vive en Lima. En medio año, el hospital Hipólito Unanue –donde cada año se diagnostica a 900 con este mal– contará con una sala de operaciones de tórax para estos pacientes.

Tras su sonrisa de ganador, nadie imaginaría que Melecio Mayta alguna vez pensó en suicidarse. Es un sobreviviente de la tuberculosis (TB): a los 19 años ella le dio el primer golpe y Melecio cumplió con los seis meses de tratamiento que le obligaba a tomar 11 pastillas diarias. La pesadilla de la TB volvió a los 24 años, cuando estudiaba aviación comercial.

Otra vez las toses. Esta vez, sus pulmones “lloraban” sangre que le salía por la boca. Agotado de exámenes y consultas médicas que no daban con su diagnóstico, llegó a un hospital de Lima, donde un doctor –cuyo apellido se reserva– le dijo “lo tuyo no tiene solución, ni tratamiento. Probablemente mueras como el pescado cuando lo sacan del agua y no puede respirar.”

Destruido y sobre un puente, pensó acabar con su vida, pero no lo hizo. Buscó una segunda oportunidad y la encontró en el quirófano de una clínica privada.

Cirugías de tórax

Catorce años después, un hospital público de Lima ofrecerá a los pacientes la posibilidad de luchar contra la TB como lo hizo él. “Un grupo de pacientes con TB espera una cirugía de tórax. De acuerdo con la data internacional, entre 5% y 10% la necesitan para mejorar su tratamiento”, dice el doctor Leonid Lecca, director de Socios En Salud (Partners in Health) en el Perú. La entidad coordina la construcción del centro quirúrgico dentro del hospital Hipólito Unanue, en El Agustino.

“Trabajamos con la Coordinadora Nacional de Salud (Conamusa) y la dirección nacional de programa de TB para que sea una realidad”. El espacio empezará a funcionar en medio año.

Pac-Man letal

Lecca, cuya institución trabaja con la Universidad de Harvard, explica que la TB es como un Pac-Man “que se come los pulmones”. En su avance produce cavernas, huecos, donde el antibiótico no llega, generando en algunos casos peores versiones de la enfermedad, como la tuberculosis multirresistente a los fármacos o MDR-TB.

En la actualidad, más de 30,000 personas tienen TB en el Perú. De ellas, alrededor de 4,000 son menores de edad. La mayoría presenta la TB de tipo sensible, que puede curarse en seis meses. Un porcentaje menor lucha contra versiones más agresivas, como la MDR, cuyo porcentaje es el mayor de toda la región, por encima incluso de Brasil. Y Lima concentra el 70% de los casos agudos.

La Organización Mundial de la Salud estima que en el Perú existen 2,300 casos de MDR. De ellos, 1,457 han sido confirmados por laboratorio.

“El gran miedo al contagio fue la principal razón para suspender las intervenciones al pulmón infectado con TB. No todos cumplían con las normas de bioseguridad”, comenta el médico Dante Vargas, del hospital Hipólito Unanue.

“Hay una gran cantidad de micobacterios que producen el TB y otros que no. Algunos se encuentran en el agua, los objetos, entran al cuerpo y no hacen daño. Pero hay cepas muy peligrosas cuyo porcentaje está creciendo”, advierte el especialista.

El hospital Unanue atiende a 360,000 personas mayores de 15 años al año. Y cada año diagnostica 900 casos nuevos de TB. Solo el día de la entrevista se atendió a 12 personas, todas con MDR-TB. La mitad de las personas no sabe cómo ni quién los contagió.

El karateca que tose

Mide 1.84 metros y pesa 92 kilos. Los años cuando vestía con gloria el traje de karateca no parecen muy lejanos. Era un estudiante destacado en la Facultad de Comunicaciones de la universidad privada más importante del Perú. Su vida marcaba una trayectoria que solo podía dirigirse hacia el éxito. Hasta aquella mañana en que empezó a toser y vomitar sangre.

Henry González recuerda con tristeza e ironía cuando la TB se cruzó en su camino: de ejercitarse con el entrenador de la selección nacional de karate y codearse con los mejores de esa disciplina, pasó a la invisibilidad y al rechazo. Fue expulsado de la universidad.

“Hay una enorme discriminación para los que padecemos la TB”, dice. Discriminación que esa enfermedad no hace: la TB afecta a personas en situación de vulnerabilidad, sean pobres o no.

“Durante 18 meses tomé 25 pastillas diarias. Solo los domingos y feriados no me ponían la inyección. ¿Te imaginas recibir 320 inyecciones en un año? Fue un infierno”.

Genera más pobreza 

“Lo importante es entender que si una persona toma los antibióticos correctos ya no contagia. Por eso hay que trabajar para que las personas se curen”, dice Salman Keshavjee, director del centro de salud global de la Escuela de Medicina de Harvard.

No obstante que existe tratamiento para la enfermedad desde 1948, el mayor reto para los enfermos en el mundo es cumplir el tratamiento: porque a mayor complejidad del caso, mayor número de fármacos y más deserciones.

De los 14, 000 nuevos casos de TB en el Perú en el 2015, el 87% se curaron. De los casos de TB multirresistente que iniciaron tratamiento “de segunda línea” en el 2014, apenas el 34% lo están cumpliendo.

Para Keshavjee, es importante que las autoridades hablen de la infección y cómo prevenirla; de lo contrario, generará más pobreza al país (los pacientes no pueden trabajar) y mucho sufrimiento y estigmas alrededor.

“No es para que la gente tenga miedo, pero la TB es una enfermedad que se transmite por el aire. Es un bacilo que se inhala. Puede contagiarse en el mercado, en el ómnibus, estando en cualquier lugar donde no haya buena ventilación”.

Tras destacar que el Perú tiene uno de los mejores programas de TB en el mundo, Keshavjee sugirió que se desarrolle un programa de profilaxis para quienes se exponen al bacilo y aún no han desarrollado la TB. Es la forma cómo en el primer mundo controlan la enfermedad.

Trabajo multisectorial 

La representante nacional de los enfermos de TB en el Perú, Fabiola Rojas, pide un trabajo multisectorial para enfrentar la enfermedad. Tras haber superado una TB MDR, ella se siente ilusionada con la próxima sala de operaciones de tórax del hospital Hipólito Unanue, la cual pidió que exista en todo el país. “Hay mucho por hacer. Pedimos que se mejoren los tratamientos, que los afectados por TB no lo sean en sus derechos y que se trabaje más en la detección de nuevos casos. En nuestras charlas veo cada vez más gente joven. Es fundamental mejorar las condiciones de vida de las personas, sobre todo de los diabéticos, las personas con VIH, los que tienen un bajo sistema inmunológico”, dice.

El dato

34% es el porcentaje de curación de los casos de TB resistente a fármacos.

 

El Peruano – 201/12/2017

Karina Garay Rojas