La tuberculosis podría estar presente en América desde hace miles de años

GrrlScientist

Evolutionary & behavioural ecologist, ornithologist & science writer


Científicos e historiadores pensaron en un principio que los europeos trajeron la tuberculosis a América hace 500 años, pero cada vez hay más pruebas de que este patógeno bacteriano infectó a los pueblos indígenas americanos durante al menos 3.000 años.

 
Las pruebas arqueológicas revelan que los pueblos indígenas han residido en la cordillera de los Andes durante más de 12.000 años, en regiones que incluyen los actuales Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Como era de esperar, estas poblaciones mostraban adaptaciones fisiológicas a las bajas temperaturas, las bajas concentraciones de oxígeno y la intensa radiación ultravioleta que experimentaban a gran altitud. Ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores sugiere que las poblaciones indígenas también se adaptaron a la tuberculosis (TB), miles de años antes de la llegada de los europeos. Sin embargo, la prevalencia de este patógeno bacteriano y sus poderosos efectos sobre las comunidades que habitaban los Andes antes del contacto europeo eran poco conocidos y, por tanto, resultan bastante sorprendentes.
 

“La coevolución entre humanos y patógenos es un campo poco estudiado que tiene una enorme repercusión en la salud pública actual”, afirma en un comunicado de prensa la autora principal del nuevo estudio, Sophie Joseph, estudiante de antropología de la Universidad de Emory. Joseph está especializada en el estudio de cómo los factores genéticos de riesgo y el entorno circundante, incluidas las adaptaciones socioculturales, pueden haber influido en las enfermedades de las poblaciones del pasado.

“Comprender cómo los patógenos y los seres humanos han estado vinculados y se han afectado mutuamente a lo largo del tiempo puede ayudar a descubrir nuevos tratamientos para muchas enfermedades infecciosas”, explicó Joseph.

La Sra. Joseph y sus colaboradores diseñaron originalmente sus estudios genómicos para comprender mejor cómo los pueblos indígenas de Ecuador se adaptaron a vivir a grandes altitudes. En lugar de ello, el equipo se sorprendió al descubrir pruebas de selección natural en partes del genoma relacionadas con la respuesta inmunitaria a la tuberculosis, y más aún al descubrir que esta selección se produjo miles de años antes de la llegada de los europeos, portadores de “regalos” de peligrosas enfermedades infecciosas, como la tuberculosis.

“Nos sorprendió descubrir que las señales genéticas más fuertes de selección positiva no estaban asociadas a la altitud, sino a la respuesta inmunitaria a la tuberculosis”, afirma en un comunicado el antropólogo John Lindo, coautor principal del estudio y profesor adjunto de la Universidad de Emory. El Laboratorio Lindo se centra en la utilización de los aspectos moleculares y computacionales de la investigación del ADN antiguo, y está especializado en la cartografía de linajes humanos poco explorados de las Américas.

“Nuestros resultados plantean más interrogantes sobre la prevalencia de la tuberculosis en los Andes antes del contacto europeo”, declaró el profesor Lindo.

Este hallazgo parece indicar sin duda que la tuberculosis era una fuerza natural poderosamente destructiva a la que tuvieron que enfrentarse los antiguos pueblos indígenas residentes en los Andes.

“Descubrimos que la selección de genes implicados en las vías de respuesta a la tuberculosis empezó a aumentar hace algo más de 3.000 años”, explicó Joseph. “Es una época interesante porque fue cuando empezó a proliferar la agricultura en la región. El desarrollo de la agricultura conduce a sociedades más densamente pobladas que son mejores para propagar un patógeno respiratorio como la tuberculosis”.

La tuberculosis se originó en África oriental hace unos 3 millones de años. En un principio, los científicos pensaban que los humanos habían adquirido la tuberculosis del ganado cuando se estaba desarrollando la agricultura durante el Neolítico. Sin embargo, los estudios biomoleculares aportan cada vez más pruebas de que la TB ya estaba presente en las primeras poblaciones humanas de África hace al menos 70.000 años. El éxito demográfico de la tuberculosis durante el Neolítico se debió a la creciente densidad y tamaño de la población humana huésped, y no a la transferencia zoonótica desde el ganado, como se pensaba en general.

Este descubrimiento se produjo a raíz de varios análisis realizados por la Sra. Joseph, el profesor Lindo y sus colaboradores, en los que buscaron indicios de selección positiva de genes en el pasado ancestral de las poblaciones andinas (Figura 1). El equipo descubrió que los 15 individuos de altitud de Ecuador mostraban una ascendencia indígena americana estimada superior al 98% (Figura 1E) y que compartían su propia rama en este árbol genealógico, siendo los quechuas de Perú (también residentes en las tierras altas andinas) sus parientes más cercanos que ocupaban una rama adyacente (Figura 1C).

Los análisis hallaron que los biomarcadores que se activan en los humanos modernos que están montando activamente una respuesta inmune a una infección de TB se encontraban entre las señales más fuertes detectadas entre las poblaciones ecuatorianas estudiadas. La Sra. Joseph, el Profesor Lindo y sus colaboradores también modelaron el momento de la selección de varios de los genes de la vía de respuesta a la tuberculosis y descubrieron que éstos aumentaron en la población muchas generaciones antes del contacto europeo. Este periodo se remonta aproximadamente a hace 3.000 años, lo que coincide con la transición de pequeños grupos de cazadores-recolectores a sociedades agrícolas más grandes. Estas sociedades más grandes estaban más densamente pobladas, lo que podría haber facilitado la propagación de enfermedades respiratorias como la tuberculosis.

Aunque no tan fuertes como las señales de exposición a la tuberculosis, se detectaron otras señales (esperadas) para biomarcadores relacionados con la adaptación a la hipoxia, o a los bajos niveles de oxígeno en la sangre que resultan de vivir a grandes altitudes en los Andes. Esto contrasta con las adaptaciones independientes a la hipoxia descubiertas por investigaciones anteriores en otras poblaciones de gran altitud en el Tíbet, Etiopía e incluso – sorprendentemente – en los Andes peruanos.

“En el caso de las muestras ecuatorianas, observamos un par de coincidencias con los estudios de los Andes peruanos en los genes generales implicados en la selección para la hipoxia, aunque las variantes eran ligeramente diferentes”, afirma Joseph. “Para mí, eso sugiere que puede haber habido adaptaciones independientes incluso dentro de poblaciones pequeñas, a nivel comunitario”.

Este trabajo se suma a las pruebas publicadas anteriormente sobre la presencia de tuberculosis en momias andinas de 1400 años de antigüedad desenterradas en Perú (ref), lo que sugiere claramente que la tuberculosis puede haber sido una presión selectiva en las sociedades agrícolas indígenas de los Andes mucho antes de la llegada de los europeos hace 500 años.

Fuente:
Sophie K. Joseph, Nicola Rambaldi Migliore, Anna Olivieri, Antonio Torroni, Amanda C. Owings, Michael DeGiorgio, Wladimir Galarza Ordóñez, J.J. Ortiz Aguilú, Fabricio González-Andrade, Alessandro Achilli, and John Lindo (2023). Genomic evidence for adaptation to tuberculosis in the Andes before European contactiScience 26(2):106034 | doi:10.1016/j.isci.2023.106034

https://www.forbes.com/sites/grrlscientist/2023/02/25/tuberculosis-may-have-been-in-the-americas-for-thousands-of-years/?sh=2001f53f1dba