América Latina sigue aumento. Una vacuna entra en su fase final de pruebas y aparece una nueva forma de transmisión

Especialistas indican que una vacuna podría estar disponible para uso de emergencia a fines de 2020.


El coronavirus, un virus detectado por primera vez en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, en diciembre de 2019, ha infectado ya a más de 15 millones de personas y causado mas de 626,000 muertes en todo el mundo, como se puede ver en gran detalle en el mapa del coronavirus. El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó oficialmente al COVID-19 como pandemia

Al 23 de julio de 2020, más de 8.7 millones de personas en todo el mundo se habían recuperado de COVID-19.

El virus, cuyo nombre es SARS-CoV-2, fue reportado por primera vez a la OMS el 31 de diciembre de 2019 y ha estado bajo investigación desde entonces. Los científicos chinos han vinculado la enfermedad a una familia de virus conocidos como “coronavirus”, de la misma familia de los virus mortales SARS (síndrome respiratorio agudo grave) y MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio).

En un inicio, los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indicaron que la tasa de mortalidad del COVID-19 era menor que la de la influenza, enfermedad que en las primeras cuatro semanas de 2020 cobró la vida de 1,210 personas en todo el país, según cifras del mismo organismo. “El porcentaje de fallecimientos es de entre un 2 por ciento y un 4 por ciento en Wuhan, China; y alrededor de un 0.7 por ciento fuera de Wuhan”, según la OMS.

Sin embargo, el 3 de marzo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, indicó que 3.4 por ciento de personas con COVID-19 habían muerto, y en un reporte de situación, la OMS indicó que la mortalidad por COVID-19 “parece más alta que por influenza, especialmente la influenza estacional”. La influenza estacional mata a menos del 1 por ciento de personas contagiadas. 

Cabe mencionar que calcular una tasa de mortalidad exacta no es posible ya que depende en gran medida del acceso y calidad de atención que reciban las personas en cada país. 

Por el momento no existe un tratamiento oficial contra el virus, antiguamente conocido como 2019-nCoV. Pero el 6 de febrero, el gobierno chino empezó a registrar a un pequeño número de pacientes a una prueba clínica de remdesivir, un antiviral experimental creado por la empresa farmacéutica estadounidense Gilead que no ha sido aprobado pero que ha mostrado promesa durante estudios de laboratorio. Gilead dijo en un comunicado que “a pesar de que no existen datos antivirales que muestran actividad en contra del  2019-nCoV en este momento, los datos disponibles en el caso de otros coronavirus nos dan esperanza”. Luego, el 11 de febrero la OMS dijo que una vacuna contra el virus estaría lista en 18 meses. 

El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud declaró una alerta internacional ante el brote de coronavirus.

El 31 de enero, Estados Unidos declaró una emergencia de salud pública ante el brote de coronavirus, lo que prohíbe la entrada a Estados Unidos a los extranjeros que han estado en China en las últimas dos semanas y que no tengan familiares ciudadanos o residentes permanentes. La primera muerte fuera de China a causa del virus fue reportada el sábado 1 de febrero, de acuerdo a la OMS. Se trató de un hombre de 44 años en Filipinas.

Al 5 de marzo, se reportaron contagios en más de 50 países y para el 9 de marzo, Tedros dijo que estando el virus en tantos países “la amenaza de una pandemia se ha vuelto muy real”. 

El 11 de marzo la OMS declaró que el numero de países afectados se ha triplicado, por lo que el brote del COVID19 como pandemia. “Pandemia no es una palabra para usar a la ligera o descuidadamente. Es una palabra que, si se usa mal, puede causar un miedo irrazonable o una aceptación injustificada de que la lucha ha terminado, lo que lleva al sufrimiento y muertes innecesarias”, dijo Ghebreyesus en la conferencia de prensa.

Tras la declaración de pandemia por parte de la OMS, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció restricciones de viaje que prohíben los vuelos desde Europa a Estados Unidos, con el objetivo de prevenir la propagación de coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19. La restricción de 30 días comienza a partir del viernes 13 de marzo. El 14 de marzo incluyó a Reino Unido e Irlanda en la lista de países con restricción de vuelo. 

Por su parte, Robert Redfield director del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) dijo en un testimonio ante el Congreso que todos los estadounidenses tendrán acceso a análisis y tratamiento del coronavirus, sin importar cuál sea su situación de seguro médico.

El 4 de mayo, la OMS indicó que aunque varios países han empezado a relajar las órdenes de confinamiento, medidas como el distanciamiento social y la higiene de manos no pueden dejarse a un lado y siguen siendo necesarias. 

El 20 de mayo, la CDC publicó el miércoles una serie de pautas detalladas para reabrir el país, en donde se establece un enfoque de múltiples fases, así como orientación provisional para que restaurantes, bares, escuelas y similares se reabran mientras se rastrea y controla la propagación de COVID-19. También cubre temas como el llamado rastreo de contactos (contact tracing), las pruebas y la monitorización de una reaparición del virus.

El 17 de junio, Tedros felicitó al gobierno de Reino Unido tras descubrir que la dexametasona, un medicamento antiinflamatorio conocido desde los 60 se puede utilizar para tratar casos graves de COVID-19 con éxito. “Este es el primer tratamiento que se ha demostrado que reduce la mortalidad en pacientes gravemente enfermos con COVID-19 que requieren oxígeno o ventilación”, dijo el director de la OMS. 

El 29 de junio, tras la reapertura de la economía en varios países, Tedros habló sobre el repunte de casos de COVID-19, e indicó que la mayoría de las personas siguen siendo susceptibles al virus. “Todos queremos que esto termine. Todos queremos seguir con nuestras vidas, pero la dura realidad es: esto ni siquiera está cerca de terminar”, dijo el director de la OMS. 

El 7 de julio, la OMS declaró que existe un número creciente de estudios y pruebas que indican que el COVID-19 también se puede transmitir por vía aérea. “Hay algunas pruebas nuevas, pero no es definitivo. Por lo tanto, no se puede descartar la posibilidad de transmisión aérea en entornos públicos, especialmente en condiciones muy específicas: lugares abarrotados, cerrados, con poca ventilación. Sin embargo, la evidencia debe ser recopilada e interpretada”, dijo Benedetta Allegranzi, responsable de prevención y control de infecciones de la OMS.

El martes 14 de julio, la revista medica, The New England Journal of Medicine, publicó resultados prometedores de una vacuna desarrollada por la empresa de biotecnología Moderna. Esta vacuna provisional contra el coronavirus ha logrado generar anticuerpos en todas las personas que han participado en las pruebas y los efectos secundarios son muy pocos. 

“Estas son muy buenas noticias”, dijo el epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci al Wall Street Journal. “Los anticuerpos neutralizantes son lo más importante para la protección contra una infección viral”, dijo Fauci. “Y los datos del estudio, aunque los números sean pequeños, dejan muy claro que esta vacuna es capaz de inducir muy buenos niveles de anticuerpos neutralizantes”. Los resultados del estudio de esta vacuna se basan en las pruebas realizadas sobre 45 participantes, con edades entre los 18 y los 55 años.

El farmacéutico español Juan Andrés, director técnico de Moderna, dijo al periódico español El País que la vacuna podría estar lista para finales de este año en Estados Unidos, y a inicios de 2021 en otros países. Los lugares de estudio estarán ubicados en ciudades en donde los casos por COVID-19 han aumentado, como es el caso de Texas, Florida, California y Arizona.

La vacuna creada por Moderna entrará a una nueva pase de prueba el 27 de julio, la cual contará con 30.000 participantes en casi 90 lugares distintos de Estados Unidos. Los lugares de estudio estarán ubicados en ciudades en donde los casos por COVID-19 han aumentado, como es el caso de Texas, Florida, California y Arizona.

De acuerdo con el Wall Street Journal, algunos desarrolladores de vacunas, entre ellos Moderna, indicaron que de si los estudios tienen éxito, una vacuna podría estar disponible para uso de emergencia a fines de 2020.

Coronavirus: Estados Unidos

Estados Unidos reportó más de 4 millones de casos por COVID-19 para el 23 de julio y el número de muertes en el país norteamericano supera las 144,000. 

Actualmente EE.UU. es el país con más casos de coronavirus en todo el mundo, por lo que los países pertenecientes a la Unión Europea están listos para bloquearle la entrada a los estadounidenses, informó The New York Times. Según el reporte, esta prohibición también aplicaría para turistas de Brasil y Rusia, países que tienen el segundo y tercer mayor número de casos de COVID-19. 

El 21 de abril la Dirección de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos aprobó la primera prueba de diagnóstico de COVID-19 que puede realizarse desde los hogares. La prueba, desarrollada por LabCorp, consiste en un cotonete nasal que se envía a uno de los laboratorios para su análisis. De acuerdo con un comunicado de la FDA, los kits de prueba estarán disponibles primero para los trabajadores de atención médica, y estarán disponibles para los consumidores en las próximas semanas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el 3 de abril que la CDC recomienda a todos los estadounidenses usar mascarillas o cubrebocas, en tanto que los respiradores N95 deberán ser utilizados solo por trabajadores de salud. Aunque se sigue estudiando la propagación del virus, estudios recientes han demostrado que personas asintomáticas con COVID-19 pueden transmitir el virus. Por ello, se recomienda el uso del cubrebocas de tela en lugares públicos en donde mantener el distanciamiento es complicado, como en supermercados y farmacias.

El 29 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump extendió hasta el 30 de abril la orden federal de distanciamiento social. Esto después de que el doctor Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, indicara que alrededor de 200,000 estadounidenses podrían morir por COVID-19.

El 27 de marzo, Trump aprobó el paquete de estímulo económico de US$2 billones, que incluiría un pago de hasta US$1,200 para los contribuyentes. Esto es parte de un esfuerzo por suavizar los efectos económicos causados por la epidemia del novel coronavirus. Ese mismo día, el número de casos reportados por COVID-19 en EE.UU. rebasó los 100,000.

El 26 de marzo, los casos de COVID-19 reportados en Estados Unidos superaron los 83,000, pasando las cifras reportadas en China, con poco más de 81,700 casos e Italia con aproximadamente 80,587 casos. El martes 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud indicó que Estados Unidos podría convertirse en el nuevo epicentro de la pandemia. 

El gobierno estadounidense anunció el 20 de marzo que serraría su frontera sur, con México, para viajes no esenciales —como el turismo— con el fin de ayudar a detener la propagación del novel coronavirus.

“Como hicimos con Canadá, también estamos trabajando con México para implementar nuevas reglas en nuestros puertos de entrada para suspender los viajes no esenciales”, dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Estas nuevas reglas y procedimientos no impedirán el comercio”. 

El 20 marzo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció una orden ejecutiva de “quedarse en casa” en todo el estado y que aplica para todos los residentes. Esta misma medida fue aplicada el 19 de marzo por el gobernador de California, Gavin Newsom.

Anteriormente los gobiernos de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y California habían ordenado la clausura temporal de gimnasios, cines y casinos en sus estados para reducir los contagios por COVID-19 en la región. Los bares y restaurantes únicamente podrán aceptar solicitud de órdenes para llevar y entregas a domicilio.

El lunes 16 de marzo London Breed, alcaldesa de San Francisco, indicó que los residentes de San Francisco deberán quedarse en casa debido a la propagación del virus. Esta orden entrará en vigor a partir de la medianoche, estará vigente hasta el 7 de abril y también aplica para los condados de Santa Clara, San Mateo, Marin, Contra Costa y Alameda. La orden de aislamiento no es total por lo que las personas pueden seguir saliendo para cumplir con necesidades esenciales, como ir al supermercado.

El viernes 13 de marzo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró emergencia nacional por el brote de coronavirus, invocando la Ley Stafford para destinar más de US$50,000 millones de recursos federales para asistir a los gobiernos locales y estatales. 

Fuente: CNET.com | Getty Images