Alta concentración de TB en cárceles de América Latina
Las cárceles latinoamericanas albergan un alto porcentaje de personas con TB que también ponen en riesgo a sus familiares. En la foto, entrada principal a la cárcel El Buen Pastor, Bogotá, Colombia. Crédito de la imagen: PAHO/Flickr bajo licencia Creative Commons 2.0
En América Latina y el Caribe los nuevos casos de tuberculosis (TB) se concentran de manera preocupante en las cárceles, poniendo en riesgo los esfuerzos por controlar la expansión de la enfermedad en la región y dando lugar a que avancen formas de la infección resistentes a los antibióticos, advierte un estudio.
Según una investigación publicada en The Lancet, en América Latina los casos de TB en cárceles pasaron de cinco por ciento del total de casos notificados en 2011, a 11, 1 por ciento en 2017. La población encarcelada en América Central y del Sur representa el 1 por ciento de la población total.
Venezuela y El Salvador revelan la magnitud de la concentración. En el primero, en 2011, el 1,8 por ciento de casos de tuberculosis notificados se registraron en cárceles, mientras que en 2017, el porcentaje subió a 15,5 por ciento.
En el país centroamericano, 225 casos de tuberculosis (11 por ciento del total) se dieron en cárceles en 2011. Seis años después, se encontraron 1889 casos (51,5 por ciento de todas las notificaciones) entre personas privadas de su libertad.
[La tuberculosis es una enfermedad] “determinada muy fuertemente por el contexto social y por las condiciones de vida y muchas veces el resultado de la ocurrencia de casos de tuberculosis en las cárceles es reflejo de todo esto, no es tanto el origen del problema”.
María Belén Herrero, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
El estudio destaca que tanto en América Central como del Sur, el aumento de la enfermedad entre las personas encarceladas supera los avances en el control de la tuberculosis logrados entre la población general.
Con estos niveles de incidencia en contextos de encierro, señalan los autores, el riesgo de tuberculosis se extiende más allá de los muros de las prisiones y alcanza a trabajadores penitenciarios y a las familias de personas detenidas.
“Existe una creciente evidencia de que el encarcelamiento pone a las personas en mayor riesgo de contraer enfermedades y que este riesgo se extiende a las comunidades vecinas”, confirmó por correo electrónico a SciDev.Net, la epidemióloga Katharine Walter, de la Universidad de Stanford (EE.UU.), coautora del estudio.
El estudio indica que esta subida de casos de tuberculosis en cárceles latinoamericanas, que Walter calificó como “inhumana”, sucede en contextos de sobrepoblación y poca ventilación, falta de acceso a la salud y pobre alimentación de los detenidos.
Al respecto, Walter precisó: “La forma más directa de reducir el exceso de riesgo de infección de tuberculosis creado por las cárceles es reduciendo el número creciente de personas encarceladas en estos entornos de alto riesgo de transmisión”.
En América Latina y el Caribe los nuevos casos de tuberculosis (TB) se concentran de manera preocupante en las cárceles, poniendo en riesgo los esfuerzos por controlar la expansión de la enfermedad en la región y dando lugar a que avancen formas de la infección resistentes a los antibióticos, advierte un estudio.
Según una investigación publicada en The Lancet, en América Latina los casos de TB en cárceles pasaron de cinco por ciento del total de casos notificados en 2011, a 11, 1 por ciento en 2017. La población encarcelada en América Central y del Sur representa el 1 por ciento de la población total.
Venezuela y El Salvador revelan la magnitud de la concentración. En el primero, en 2011, el 1,8 por ciento de casos de tuberculosis notificados se registraron en cárceles, mientras que en 2017, el porcentaje subió a 15,5 por ciento.
En el país centroamericano, 225 casos de tuberculosis (11 por ciento del total) se dieron en cárceles en 2011. Seis años después, se encontraron 1889 casos (51,5 por ciento de todas las notificaciones) entre personas privadas de su libertad.
Enlace al resumen del artículo en The Lancet
Fuente: https://www.scidev.net/ | Por: Nicolás de la Barrera